sábado, 5 de diciembre de 2015

Un Destino Asegurado

“ Es fácil usar un arma, y es fácil saber disparar, lo único difícil es aprender a matar. Nunca hay que pensar, solo tenes que apretar. Porque si en verdad se lo merece en poco tiempo lo vas a olvidar”     Solo eso nos hacían recordar, y solo eso era en lo que podíamos pensar. Había mas balas que agua en todo el mar, que pasaban despiadada mente atravesando todo a su paso. Provocando tremendo dolor ellas pasaban, algunas se frenaban y otras arrasaban con aquellos cuerpos a los que encontraban. En medio del tiroteo me encontraba yo tirado en una trinchera que yo mismo había armado. No me podía mover ni tampoco retroceder, porque lamentablemente mi vida desgraciada mente era algo que estaba destinado a perder.
 “El dolor es un sentimiento , hasta que se hace realidad. La realidad es un pensamiento , hasta que la comienzas a aceptar”   Esa es mi frase que le deje a mi familia cuando me fui a la guerra, para que se hagan la cabeza de que seguro no iba a volver. Lo cual así fue y si que me arrepiento, lastima que me obligaron y tuve que ir sin mi consentimiento.

jueves, 3 de diciembre de 2015

La Maldad de la Conciencia

Era un llanto insufrible aquel que logre escuchar, pero no mire atrás, seguí corriendo; yo soy el único que contaré esta historia. Eso era lo que pensaba mientras escuchaba a todos mis compañeros sufrir por detrás. Aquellas personas se creían dioses, con sus armas de fuego y su caballería, era imposibles vencerlos. Apenas los vi  sabía que algo tramaban , pero no logré hacer nada y ahora soy uno de los últimos.  corriendo de un lado al otro para encontrar un buen escondite y poder descansar un poco. Nos cazaban como animales, se llamaban a ellos mismos superiores a nosotros, sin conocer todas nuestras extraordinarias culturas. Todas nuestras creencias y nuestras sabiduría. Cientos de muertos ya me he cruzado mientras huyo de aquel terrible destino, el cansancio que yo tenía era imposible de explicar. Apenas sentía las piernas ya nada podía frenarme, hasta que la vi. Tirada en el suelo ensangrentada  y con agujeros en su pecho, y me vencí ya nada podía hacer no tenía adonde ir ni donde esconderme, lo único que tenía era unos asesinos crueles y despiadados corriéndome con bestias nacidas del infierno que nunca se cansaban y un arma superior a la nuestra que imponía mucho terror tanto para mi como para todos aquellos que la padecieron. Y entonces comencé a titubear, cuando me di cuenta ya estaba en el suelo junto a un montón de muertos con mi misma suerte; al voltear mi cabeza logré verla a ella devuelta pero esta vez parada , de pie me miraba con tristeza y sufrimiento mientras seguía corriendo. Y entonces comprendí, lo que en verdad yo había visto tirado en el suelo yo solo me lo había imaginado aquel ser destructivo y diabólico que habita dentro de mi me hizo ver aquello inexistente para que yo me rinda y me frene, y lo logró, me venció y ahora ya nada puedo hacer tan solo mirar el cielo... por una última vez.

La trágica historia de aquel pobre inocente



“Sentado en aquel banco comprendí, ella no me deseaba a mi; no quería ni le interesaba, por lo menos por ahora, lo que yo sentía. Hace ya 3 horas espero su llegada, pero ella no aparece. Aquel dolor de una esperanza quebrada de quedarse en la duda si después ya no hay nada, que te deja sentado sufriendo en el mundo; mientras ella vive en el inframundo. Y bue por ahora esperare no tengo otra opción hoy no es mi día, se ve. Lo único que puedo hacer es esperar su llegada en este banco de cemento, tirado de costado, sufriendo sin descanso hasta que logre cerrar los ojos; y al abrirlos ver a aquellos que me mandaron allí como unas simples hormigas. Y poder sentir al fin lo que es vivir después de la vida sin molestias ni presiones y al fin sin obligaciones poder descansar y pensar en todas mis ilusiones”

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Un Mundo Paralelo

Mi casa siempre fue algo extraña, tenía un aspecto terrorífico por las noches y cuando el sol despertaba se volvía en un lugar feliz y luminoso. Al subir las escaleras una de las tantas hacía un ruido raro al pisarla y yo siempre me asustaba, las 4 puertas del segundo piso rechinaban al abrirse provocando el típico ruido de todas aquellas películas de terror que me anime a ver. Pero ese no es el punto, porque en realidad lo más extraño que había en esta casa, la posesión más rara que conservaba era una puerta en el sótano que nunca supe a dónde iba. Mis padres me tenían prohibido tocarla, ja… es gracioso ponerse a pensar todas aquellas veces que me inventaron historias terroríficas acerca de la puerta para que no me asome. Me decían que ahí habitaban todos los monstruos de mis pesadillas y que estaban encerrados bajo llave para nunca poder molestarme. Pero como yo era solo un niño lo ùnico que me gobernaba en esos momentos de ansiedad era la duda de saber que se encontraba tan solo a unos pasos de abrir esa extraña puerta de madera. Fue una tarde diferente a todas las demás cuando yo me anime a abrir la puerta… La casa ya no parecía Feliz segia con ese aspecto oscuro y de terror que aparecía por las noches,al entrar al sótano la puerta estaba ahí. Al principio dude un poco, pensé en que mis padres me iban a retar, pero por otro lado la ansiedad me estaba comiendo la cabeza, entonces decidí abrirla. Apenas empujo un centímetro la puerta sale una enorme y luminosa Luz, que al abrir la puerta por completo, casi me deja ciego. Pero segi caminando con el brazo sobre mis ojos dejando que la suerte no me haga tropezar, hasta que de repente decido abrir los ojos. No podía creer ni entender lo que estaba viendo… ¡El piso no era madera ni cemento tampoco baldosas, era una especie de nube o algo parecido bastante esponjoso! y al mirar hacia arriba no logrè encontrar al sol ni tampoco ese famoso color celeste azulado que se posa todas las noches sobre el cielo estrellado, Solo se veìa el blanco. Un color que nunca me gusto, en mi cabeza representaba la ausencia de algo como que le faltaba relleno. Yo seguí caminando para ver si encontraba algo, y resultó que si, era una especie de castillo blanco y gris con una enorme luz en su extremo, al entrar se veìa a cientos de miles de personas. No podía entender como tanta gente entraba en un castillo, aunque parecían fantasmas su piel era prácticamente del color de una hoja de escribir y ninguna de todas esas personas se percato de que yo había entrado me sentí un fantasma en ese momento. También logré observar que ellos tampoco charlaban entre sì ni se dirigen la mirada, todos estaban observando algunos a la pared y otros a un punto específico del castillo. En ese momento logré reconocer a una de las personas que se encontraban allí, al verlo mi piel se torno pálida en menos de un segundo, era mi abuelo pero no podía ser cierto, porque él había muerto hace ya 5 años. alrededor de él había muchas flores rojas y amarillas, su color preferido, seguramente mis padres lo visitaban. Quise acercarme para abrazarlo y recordar esos viejos momentos que pasamos juntos pero no fue posible… El dolor que sentí al ver que él era uno más entre esta extraña multitud me partió el alma, como una puñalada en el pecho. Y entonces comprendí yo estaba en aquel lugar que mi futuro habitaria, donde todos los cuerpos olvidados van a parar. Solo había algo que no me cerraba, no entendía porque mis padres me lo han ocultado siendo miles las veces que podría haber venido a visitar a mis pobres parientes que siempre pensé que no volvería a ver.Y que tenían que ver en todo esto. Y entonces volví, al salir por la puerta logré abrir los ojos luego de esa incandescente luz. Y no entendí como llegue a parar a mi cama… Comprendí. Todo era un sueño, Nunca podré volver a ese lugar al que le llaman cielo. Sólo no logro entender… si tan malos fueron mis delitos para llegar a parar aquí, en el mundo de las llamas, donde todo arde sin descanso, donde la piedad no se encuentra en el diccionario , donde sufriré el resto de mis días.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Fui Yo.


Hay varios tipos de dolores… Pero el dolor que en verdad duele es el dolor sentimental; El dolor que te provoca saber que ya no está. Que nada podrás cambiar y que al pasado no  volverás. Pensar en cómo seguir, en como poder caminar sin voltearme para comprobar que ya se fue, a ese mundo paralelo del que nadie vuelve. El único recuerdo que te dejan es un cuerpo pálido y un rostro lastimado, con los ojos cerrados ya listo para cumplir su destino y ser guardado en un cajón debajo de la tierra y olvidado con el tiempo. Por eso es que lo mate, oficial, porque el me lo pidió me dijo que quería viajar a un lugar único, que quería ir al más allá y no volver jamás. Y yo como buena ciudadana hice los honores, y como ya le conté, oficial, aunque ahora lo extraño, dentro de unos años solo será un cadáver más entre mis olvidos. 

sábado, 20 de junio de 2015

Vivir

Al nacer nuestro principal objetivo es Vivir, luego de que pasan los años los objetivos se van haciendo cada vez más. Pero este sigue intacto, este es uno de esos objetivos que nunca se podrán cumplir. Porque lo único en esta vida que no podemos evitar es la muerte. Si, lamentablemente no vivimos por siempre, todos tenemos un final. Pero yo no creo eso, en esta vida no hay un final yo creo que luego de morir hay algo más. Yo creo que debe ser feo subir al cielo y ver a tu cuerpo tirado en el suelo sin poder hacer nada. Ver a aquellos que te aman alrededor llorando tu perdida, y te sientes inútil al no poder abrazarlos y decir que no te fuiste por siempre. Lo único que podes hacer es intentar esperar a que ellos algún día suban. Pero hasta no verlo con mis propios ojos siempre voy a tener esa duda. Esa gran duda de si en verdad existe esto que estoy contando o es solo mi imaginación. Espero que no, porque pensar en que después de la muerte no hay nada es muy trágico para mi gusto. Es gracioso saber que hasta el más sabio del mundo no sabría esta respuesta. Porque no, no hay manera de descifrarlo. Pero como dije en un principio como hoy sigo en pie y tengo la mitad de una vida por delante, voy a retomar mi principal objetivo, Vivir.

Todos tenemos un "Aquel"

Aquel que siempre te acompaña, aquel que siempre estará ahí. Aquel que pase lo que pase bueno o malo no dudará en ayudarte. Todos tenemos un “aquel” o por ahí más de uno. A Veces no hay que confiarse, muchos de los que pensas que son, no lo son. Porque los verdaderos amigos solo se cuentan con una mano. Mucha suerte hay que tener para que puedas usar las dos. En mi caso solo hay un solo “aquel”. Pero para que lo entiendan mejor, voy a retroceder un poco en el tiempo. 
En el 2003 era mi primer día en la primaria, yo tenia unos 7 años y como era medio callado y tímido muchos de los niños se me reían. Como yo era solo un niño eso me molestaba mucho y cada día me sentía mas y mas dolido. Seguramente muchos de los que leerán esto no podrán comprender el dolor de un niño de solo 7 años que lo molestaba un curso entero. Los días pasaban y yo cada vez me sentía peor, mi madre me decía que no los escuche, pero eso era imposible para mi. Hasta que en el 16 de junio, Já ! un día que nunca olvidaré, entró un niño nuevo al curso. Era de estatura media, pelo negro y parecía muy amigable. El primer día que estuvo en el colegio lo dedicó a observar lo que pasaba dentro del salón. Cuando tocó el timbre para irse, 3 de los chicos que me molestaban vinieron a fastidiarme. Yo intentando esconderme entre los árboles me choque sin querer con el chico nuevo. Le pedí disculpas , él las aceptó y cuando me di vuelta tenía a los que me perseguían justo delante mío. Me empezaron a molestar y a empujar cada vez más, hasta que este joven entró en el conflicto y les dijo que paren. Les comenzó a hablar diciendo que lo que hacían estaba mal, y que todos éramos iguales y que nadie tenía el derecho de maltratar a otro. Pero no resultó, los tres tontos se quedaron mirando por un tiempo como sin entender el mensaje de este chico.
Hasta que uno de ellos, Tomas  el más molesto, le dijo - ¡Movete Idiota! y intento moverlo para un costado. Pero lo más gracioso fue que no lo movió ni un centímetro, este chico no dijo ni una sola palabra y seguía parado mirándolo fijamente al tonto ese. Tomas le grita, ya bastante enojado, - ¡Movete porque te pego, estúpido!. Mientras que el chico seguía quieto en el mismo lugar. La confianza que tenía este chico hizo que los 3 tontos se asustarán, no digo que se fueron corriendo, pero era evidente que tenían miedo porque mientras retrocedía miraban hacia atrás. El chico se dio vuelta me miró y me dijo - Hola soy Mariano, ¿cómo te llamas?, yo que era medio tímido tarde un poco en responder, - Em yo me llamo Juan, gracias por lo que hiciste. Desde ese día, uno de los mejores días de mi infancia, Mariano se convirtió en ese único “ aquel” que estoy orgulloso de tener como amigo. Porque es el día de hoy 2015 que yo ya tengo 19 años y aunque lamentablemente el ya no esté, siempre será ese “Aquel” que conocí, una tarde del 2003.

sábado, 13 de junio de 2015

El Hombre en la Vereda

Tenía tan solo 9 años cuando todo ocurrió. Recuerdo con detalle que era una hermosa mañana. Yo miro por la ventana y él estaba ahí. Desde esa mañana, él comenzó a posarse todos los días a la misma hora unos 5 o 10 minutos en el mismo lugar hablando por lo bajo. Los días se hicieron meses y los meses años, así fue pasando el tiempo y el muchacho cada dia mas viejo. Aunque llueva o Nieve él seguía yendo ahí… Siempre a la misma hora, ni un minuto menos, ni uno más. Yo siempre lo observaba, eran pocas las veces que me quedaba dormido y me perdía de esta rara costumbre. Años más tarde, yo ya tenia 17, cuando el hombre falleció. Y yo me atreví a entrar a su casa. Era una casa muy antigua tenía muchos cuadros con pinturas que parecían de gran valor y había un reloj de Oro colgado en la pared con un símbolo que llamaba mucho mi atención. Luego de recorrer toda la casa me puse a observar con atención el reloj que tanto resaltaba en mi cabeza. Luego de manosear una o dos horas el reloj toque sin querer un botón muy pequeño que andaba debajo de éste. Al tocar el botón el reloj se abrió como un cofre. Dentro de él había una carta y debajo una foto de una mujer. La carta decía “ Si alguien lee esta carta quiere decir que yo estoy muerto, aquí dejo yo escrito el porqué de mi actitud de salir todos los días a pararme en esa hermosa vereda y hacer unos minutos de silencio. Todo ocurrió en 1977, era una hermosa mañana cuando del otro lado de la vereda se encontraba una bella mujer. Ella me miró y yo la salude con entusiasmo y alegría, era la nueva vecina. Al dia siguiente yo salí a darle la bienvenida al barrio y nos quedamos charlando un largo tiempo. Cuando yo me fuí quedamos en que todas las mañanas saldríamos a  pararnos en la vereda y charlar unos minutos. Luego de unos años nos enamoramos y estuvimos casados hasta el 1996 cuando ella falleció. Al morirse yo le prometí que encontraría un hermoso dia como aquel cuando la conocí y a partir de ese día saldría todas las mañanas y me quedaría unos minutos parado como solíamos hacer. Una mañana de 2008 este día ocurrió. Era perfecto igual al dia que la conocí, y decidí comenzar. Así que , querido lector, enseña esta historia al mundo y yo , esté donde esté, seré muy feliz.

Creer sin Ver

Sí, ahí estoy yo en el fondo del tren, en el último banco yendo a la última parada.Observando a aquéllos que me rodean, sabiendo que no me observarán a mí. Yo, no tengo un lugar definido. Yo lo veo todo sin que nadie me vea a mí ¿ Una sombra, Yo ? No, no soy una sombra, yo me considero mucho más que una simple sombra. Porque una simple sombra no podría verlo todo, solo seguiría a todas partes a Una sola cosa o individuo. Como no quiero resaltar no me hago ver. Pero bueno, ¿quieren saber la verdad? La verdad es que yo soy aquél que ustedes llaman “Dios”. Lo único que no entiendo es cómo saben que existo si nunca me vieron. La gente que luego de saber como se creo la tierra y la vida en ella siga pensando que fui yo quien creó todo. Esos si que tienen esperanzas.Y para toda esa gente, hoy estoy aquí para decirles algo. Todos aquellos que creyeron en mí tenían razón. Sí, yo sí existo pero para cada uno soy diferente. No estén preocupándose de que hay después de la muerte, porque en realidad Ese no es el Fin. Yo hoy los miro de aquí arriba, algunas veces también de abajo. Pero lo que sí sé es que algún día estarán aquí. Y para aquellos que se enfadan conmigo cuando pierden a alguien querido, no se enojen la vida es así por eso yo les digo y les repito “ Hoy preocúpense  por vivir allí abajo, Mañana por ver cómo vivir aquí” .

martes, 9 de junio de 2015

Domingos por la Tarde

Todos los domingos nos juntábamos en el  café  “ Posadas “. Era un pequeño y lindo lugar, donde solíamos pasar las tardes de domingo. Éramos 4 amigas, de clase media y teníamos aproximadamente unos 20 o 22 años, no recuerdo bien. En ese momento íbamos ahí porque, además de ser barato y estaba en un lugar cercano a nuestras casas tenía una hermosa vista al mar. Cada domingo a la tarde el sol se posaba justo en un lugar donde iluminaba el mar dándole un toque de color anaranjado que duraba solo unos minutos. Esos miseros y placenteros minutos los pasábamos en silencio. De vez en cuando le pedíamos deseos los cuales nunca se cumplían. Ja ja, Cuántos cafés se me habrán caído solo por perderme en esa hermosa y natural belleza…. Mucha gente a la cual le contamos lo que ocurría estas tardes únicas, nos negaba que era cierto. Pero de apoco ellos se iban acercando al café , e incluso gente que se sentaba con nosotros para comprobarlo con sus ojos. Y resulta que seguían diciendo, luego de ver ese hermoso paisaje , de que no era cierto. Que nada pasaba, de que era igual que siempre. Mucho tiempo tardé en darme cuenta de que para nadie era importante ver el paisaje en ese café los domingos a la tarde. que solo a nosotras 4 nos parecía espectacular. Pero para los otros era solamente el sol y el mar , como todos los días. Y ahí me di cuenta de que había objetos o paisajes que significan diferentes cosas depende la persona que lo esté mirando. Para mi y mis amigas era estar juntas todos los domingos por la tarde y observar el paisaje, porque en realidad era una excusa para juntarnos, que con el tiempo se volvió una realidad. Pero no cualquier realidad, era Nuestra Realidad.

Un Hombre sin Suerte

Un hombre de 35 años de edad, solo en un bar. Su única compañía era un vaso y una botella. Tenía una cara triste, como si lo hubieran dejado… Luego de un largo tiempo decide marcharse del bar, y comienza una caminata hacia su casa, masomenos por la mitad del recorrido comienza a llover, muy fuerte. Y empiezan a aparecer muchas personas con paraguas. Este hombre, saca su paraguas y sigue caminando, pensando en que es lo que podría hacer para levantar su ánimo. Mientras más pasaba el tiempo, más gente pasaba. Yo no sé si fue el destino o quizás una simple coincidencia, pero este hombre se choca con una mujer de aproximadamente su misma edad. Se piden disculpas, y comienzan a mirarse, el hombre la invita una bebida en un lugar de por ahí, y ella acepta. Las horas pasaban y ellos charlaba. Masomenos a las 2 o 3 de la mañana se fueron del bar de la mano… En la noche del día siguiente, estaba el hombre nuevamente en el bar. Con la misma cara de la noche anterior. Pero esta vez estaba También el cantinero.
Éste le pregunta.
-¿Que pasa amigo, todos los días con la misma cara?
Y el hombre contesta, medio desanimado. “Es que todos los días me enamoro de la mujer equivocada”.

La Gran Guerra

Fue un 11 de noviembre de 1917, una fecha muy conocida. Para ese momento ser alemán era estar muerto. La denominada “Gran Guerra” se llevó la vida de mi padre y mi Tío. Yo tenía tan solo 13 años,era un pequeño hombrecito. Muy fuertes fueron las imágenes que se me quedaron grabadas en la memoria. Tan fuertes que si entraba  a una carnicería y veía a  todos esos pobres animales sacrificados, al instante no podía dejar de pensar en esa innecesaria masacre… de todas las grandes épocas del mundo me tocó vivir esta, No me quejo. No tuve que vivir lo que vivió mi padre.  En la ciudad luego de saber que no podríamos derrotar, tras perder nuestras últimas esperanzas en el último ataque alemán que fracasó, estallaron grandes rebeliones por parte de los ciudadanos. Alemanes tan grandes que nos tuvimos que retirar. Justo esa fecha que nombre fue nuestra gran derrota. Tras vivir todo esto, que me costó mucho tiempo de mi vida procesar,  mi gran razonamiento fue ¿Porque?... Porque una raza tan avanzada con tanta inteligencia, la dominante del planeta tiene que resolver problemas por medio de sangrientas batallas  donde nos asesinamos unos a los otros pensando que somos diferentes solamente porque tenemos diferentes orígenes. ¡Por Qué! Somos todos iguales…Consigamos la Paz, vivamos en armonía como gente civilizada ayudemos a los que menos tienen, porque eso es lo que realmente vale, no un pedazo de tierra.

Últimas Palabras

“La Vida es una, y hay que vivirla con la mayor alegría posible. Siempre habrán momentos malos los cuales no queramos repetir y otros que quisieras que no terminan nunca. No le temas a la muerte, es parte de la vida.
Este no es mi fin, es tan solo un comienzo a una nueva vida. Hoy mi cuerpo muere aquí pero mi alma se muda al cielo”
Esas fueron las últimas palabras de mi Tía hace ya 4 años. Ella me enseñó el porqué de la vida, y me explicó cómo vivirla. El dolor que ella me dejó al irse se fue sanando con el tiempo, porque como dicen por ahí “El tiempo todo lo cura”. También con el tiempo fui entendiendo cada vez más su mensaje y haciendo lo posible por vivir mi vida bien alegre y feliz de tener una familia. Lo único que me pone triste es saber que no estás aquí , ver a tus dos hermosos hijos que nos dejaste y pensar “que pasará por esas pequeñas cabecitas”. Qué pensarán ellos de lo sucedido… Eso si me duele, pero también sé que te fuiste tranquila sabiendo que cuidaremos bien de ellos. Y así es, así que donde quiera que estés no te preocupes por nosotros. Yo se muy bien que  algún día te volveré a ver,  pero por ahora lo único que puedo hacer es Vivir la Vida.

El Náufrago


En un Mundo donde se anda en grupo, él andaba solo. Solo, sin nadie de su especie a quien pueda querer, amar… Los años cada vez eran más largos. No recordaba su edad y tardo bastante tiempo para lograr recordar su nombre, este hombre ya no era el mismo. Habían pasado ya 3 años de su naufragio y el ya no era igual, esa impotencia de saber que no tenía a nadie con quien hablar  lo fue matando con el tiempo. eran grandes puñaladas de soledad que cada vez costaban  más sanar. La esperanza seguía estando en él, pensando en que lo buscaban él hacía todo lo posible por sobrevivir, todas las mañanas se despertaba luego del mismo sueño. Un sueño no muy difícil de descifrar  “Se despierta mira a su alrededor  y está en su habitación, se levanta y va a la habitación de sus hijos, y ellos lo saludan”, puede ser que el hambre lo estaba matando, pero lo más doloroso era sentirse solo abandonado por la humanidad, dejado de lado .durante 3 años este gran hombre logró sobrevivir al hambre, sed y animales salvajes que habitaban ahí, pero lo único que lo mató fue la Soledad.



La Gran Noche

Eran las 12 de la noche, yo caminaba por la calle viendo como los bares comenzaban a llenarse de gente. Se podía observar como los faroles comenzaban a prenderse  con un muy lindo color, medio anaranjado según mi opinión. La calle ya casi sin tránsito y toda iluminada era una belleza, pero lo que realmente fui a buscar esa noche no fue ver un lindo paisaje, yo la fui a buscar a ella. Y si ahí estaba, en la otra vereda, justo donde me dijo que estaría. Sin dudarlo crucé hacia donde estaba ella y la salude con un amable beso en la mejilla. Le conté un par de piropos, los cuales parecieron gustarle, y marchamos. Mientras caminábamos charlábamos sobre lo que habíamos hecho en el día. Ella me contó que se había levantado a las 8 de la mañana para ir a trabajar al café, y que recién a las 4 de la tarde se fue de su trabajo para cambiarse e irse con sus amigas, luego de eso se vino para acá, sabiendo que yo la estaría esperando. Luego me vi obligado a contarle mi día, le conté que mis días no eran tan divertidos como los suyos, y que eran todos prácticamente iguales. Pero lo único que hacía a este día un día especial era haberme juntado con ella. Y así fue pasando la noche y nosotros cada vez nos sentíamos más unidos. En eso de las 2 de la mañana ya estábamos cansados de caminar, así que decidí invitarle unos tragos en un bar de por ahí. nos quedamos bastante tiempo bebiendo, charlando y riendo juntos… Cuando por fin, decidí besarla. Cuando dejé de besarla ella se quedó muda sin mover ni un músculo, y así estuvimos unos míseros y dolorosos segundos de tensión. Hasta que por fin Hijo, por fin...ella me besó.