martes, 9 de junio de 2015

Domingos por la Tarde

Todos los domingos nos juntábamos en el  café  “ Posadas “. Era un pequeño y lindo lugar, donde solíamos pasar las tardes de domingo. Éramos 4 amigas, de clase media y teníamos aproximadamente unos 20 o 22 años, no recuerdo bien. En ese momento íbamos ahí porque, además de ser barato y estaba en un lugar cercano a nuestras casas tenía una hermosa vista al mar. Cada domingo a la tarde el sol se posaba justo en un lugar donde iluminaba el mar dándole un toque de color anaranjado que duraba solo unos minutos. Esos miseros y placenteros minutos los pasábamos en silencio. De vez en cuando le pedíamos deseos los cuales nunca se cumplían. Ja ja, Cuántos cafés se me habrán caído solo por perderme en esa hermosa y natural belleza…. Mucha gente a la cual le contamos lo que ocurría estas tardes únicas, nos negaba que era cierto. Pero de apoco ellos se iban acercando al café , e incluso gente que se sentaba con nosotros para comprobarlo con sus ojos. Y resulta que seguían diciendo, luego de ver ese hermoso paisaje , de que no era cierto. Que nada pasaba, de que era igual que siempre. Mucho tiempo tardé en darme cuenta de que para nadie era importante ver el paisaje en ese café los domingos a la tarde. que solo a nosotras 4 nos parecía espectacular. Pero para los otros era solamente el sol y el mar , como todos los días. Y ahí me di cuenta de que había objetos o paisajes que significan diferentes cosas depende la persona que lo esté mirando. Para mi y mis amigas era estar juntas todos los domingos por la tarde y observar el paisaje, porque en realidad era una excusa para juntarnos, que con el tiempo se volvió una realidad. Pero no cualquier realidad, era Nuestra Realidad.

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