jueves, 3 de diciembre de 2015

La trágica historia de aquel pobre inocente



“Sentado en aquel banco comprendí, ella no me deseaba a mi; no quería ni le interesaba, por lo menos por ahora, lo que yo sentía. Hace ya 3 horas espero su llegada, pero ella no aparece. Aquel dolor de una esperanza quebrada de quedarse en la duda si después ya no hay nada, que te deja sentado sufriendo en el mundo; mientras ella vive en el inframundo. Y bue por ahora esperare no tengo otra opción hoy no es mi día, se ve. Lo único que puedo hacer es esperar su llegada en este banco de cemento, tirado de costado, sufriendo sin descanso hasta que logre cerrar los ojos; y al abrirlos ver a aquellos que me mandaron allí como unas simples hormigas. Y poder sentir al fin lo que es vivir después de la vida sin molestias ni presiones y al fin sin obligaciones poder descansar y pensar en todas mis ilusiones”

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